En la actualidad existe una gran preocupación acerca de la importancia de optimizar el uso de la energía a nivel doméstico. Una de las principales razones de este pensamiento es intentar reducir el impacto negativo y la contaminación medioambiental. En este sentido, un uso mucho más eficiente de la energía se traduce en un uso más racional de los recursos naturales y disminuye los prejuicios que nuestro confort cotidiano pueda causar a la naturaleza en general.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que, la principal razón de la búsqueda de un aumento de la eficiencia energética en una vivienda no deja de ser la reducción de las facturas de agua y, por tanto, el ahorro económico. La disminución en las facturas de electricidad, gas y combustibles se reducen con el aumento de la eficiencia, pero sin reducir la comodidad y confort en nuestra vivienda.
Además, una vivienda con un buen certificado de eficiencia energética posee un valor de mercado mayor.
En este artículo vamos a hablar de cómo mejorar la eficiencia energética de un inmueble.
El aislamiento térmico
Es una de las mejores formas de aumentar la eficiencia energética de una vivienda.Un correcto aislamiento térmico puede reducir el consumo de energía hasta en un cincuenta por ciento en algunos casos y hacer un hogar mucho más cómodo y agradable. El aislamiento térmico deficiente hace que se pierda calor o frío, necesitando más energía en la climatización del hogar.
Si el aislamiento térmico no está incluido en una vivienda, mejorarlo debe hacerse con calidad y con especial cuidado en la ventilación. Si no se tiene en cuenta el sellado de aire y la ventilación, éste no será efectivo y no evitará la fuga térmica. Además, una mala ventilación puede provocar la acumulación de humedad, al enmohecimiento y a largo plazo, a la putrefacción de distintos componentes de la estructura.
Una manera muy económica de conseguir un buen aislamiento térmico en un muro es inyectar aislamiento en cámaras, lo cual tampoco requiere de muchas obras. Debe ir acompañado de un trasdosado de planchas de aislante por el interior de la fachada.
También se pueden usar diferentes tipos de espumas aislantes de polietileno entre otros materiales.
Otra parte importante del aislamiento térmico son las ventanas, por las que se puede producir una pérdida de calor. De hecho, este “escape” puede ser responsable del veinticinco por ciento de las facturas generadas por la climatización del hogar.
Calderas, ventilación y bombas de calor
Obviamente, en un piso construido no se puede modificar la orientación para aprovechar al máximo las ventajas de la radiación solar. Por ello, son necesarios los sistemas de climatización que permitan calentar y enfriar.
En los hogares españoles, el 50% de las facturas de energía se consumen en climatización de la vivienda, y en agua caliente sanitaria. Por ello, se han desarrollado sistemas cada vez más eficientes, en vistas de reducir este consumo.
Lo más común en viviendas antiguas es contar con calefacción central. La mayoría de las calderas anteriores al año 2007 no son nada eficientes. Funcionan a través de bombas hacia los radiadores de la casa y proporcionan agua caliente. Este tipo de calderas suele funcionar con algún tipo de gas. Una buena opción en este sentido es cambiar la caldera por una más eficiente.
También existen las calderas por condensación, las cuales pueden aprovechar mejor el calor del gas quemado para calentar, ya sea el ambiente o el agua. Cambiar nuestra caldera por una de este tipo también aumentará la eficiencia.
Sin embargo, se han desarrollado sistemas de climatización de alta eficiencia, como las bombas de calor eficiente que poseen un 400% de rendimiento y que nos proporcionan calor y frío.
Energía renovable
El truco por excelencia para aumentar la eficiencia, disminuir la contaminación, ahorrar y mejorar nuestra calificación energética al máximo es la instalación de sistemas de energía renovable.
Es más, ya existen normativas que obligan a las viviendas de obra nueva a incluir este tipo de sistemas para el agua caliente del edificio.
Los sistemas de energía más comunes a nivel doméstico son:
● Paneles fotovoltaicos o paneles solares térmicos: Este tipo de paneles convierte la radiación solar en electricidad, permitiendo el autoconsumo, es decir, generar toda la electricidad que necesite una vivienda para su funcionamiento óptimo.
● Instalación de calderas de biomasa: Como ya hemos dicho, cambiar el sistema de climatización de un inmueble es algo básico a la hora de aumentar la calificación energética. Si unimos esta acción con el uso de una energía renovable como lo es la biomasa, podemos aumentar dos letras en la calificación energética.
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